No
es un secreto que nuestro país es de los más inequitativos, injustos y
antidemocrático a nivel mundial, debido a que unos cuántos grandes empresarios
extranjeros y nacionales se apropian de la riqueza producida socialmente por
millones de trabajadores empobrecidos.
En
el año 2012, los trabajadores mexicanos produjeron una riqueza equivalente a 16
billones de pesos, sin embargo la distribución de la riqueza es inequitativa: 15
grandes empresarios mexicanos acumulan una riqueza de 2 billones de pesos
(equivalente al 12.5% del PIB), en tanto la pensión acumulada de 32.3 millones de
trabajadores asciende a 2 billones de pesos ahorradas durante 16 años.
Dentro
de los 15 grandes empresarios mexicanos destacan: Carlos
Slim (Grupo CARSO), con una fortuna de 73 mil millones de dólares (MMD); Alberto
Bailleres González (Grupo BAL) con 18.2 MMD; Germán Larrea Mota Velasco (Grupo México), con
16.7 MMD; y Ricardo Salinas Pliego, (Grupo Salinas –TV Azteca) con 10 MMD.
Las
grandes empresas extranjeras también acaparan la riqueza producida por
trabajadores mexicanos (PEPSICO, COCA COLA, Ford, Chevrolet, etc.). Destacan
los bancos nacionales y extranjeros, 5 grupos financieros concentran el 70% de
los activos financieros: BBVA Bancomer (España), Banamex (E.U.), Banorte (Mex.),
Santander (España) y HSBC (Inglés). Es del dominio público la colusión de la
banca (como el caso emblemático de HSBC) con el narcotráfico, que en el año
2012 lavaron 39 mil millones de dólares.
Mientras
los grandes empresarios -banqueros, industriales, comerciantes, o rentistas- amasan
fortunas impresionantes y reportan ganancias multimillonarias, los trabajadores cuentan con salarios precarios, condenados a
la pobreza y vida sin esperanza.
En el año
2012 en México: se requerían 6 salarios mínimos para adquirir la canasta básica
de alimentos, 13.5
millones de trabajadores sin prestaciones laborales, 25 millones de trabajadores no tienen acceso a
instituciones de salud, 8.7
millones desempleados y 16 millones
de trabajadores carecen de contrato escrito, el
salario perdió de diciembre de 1987 a la fecha el 82.36% de su poder
adquisitivo.
Durante los últimos 30 años los
empresarios han eliminado los derechos laborales para reducir sus costos de
producción. Empeorando las condiciones de trabajo. La muerte de los mineros en
Pasta de Conchos fue ocasionada porque los empresarios mantuvieron escasas
medidas de seguridad en la mina, acto equivalente a un asesinato.
Cuando los empresarios y autoridades
gubernamentales exigen modernizar al país se refieren a: eliminar derechos
laborales, eliminar las cuotas patronales para el servicio médico y pensiones,
privatizar todos los servicios públicos (educación, medicina, electricidad,
agua, transporte, etc.), eliminar trabas legales que impidan la inversión de
capital, privatizar los recursos naturales y abaratar los salarios. Hoy los
gobiernos de todos los países capitalistas compiten entre sí, para facilitar la
inversión de capital trasnacional a cambio de salarios miserables.
¿Qué ocasiona esta situación de
desigualdad e injusticia?
El capitalismo, es decir, el sistema
de producción basado en las ganancias. Es la propiedad privada de los medios de
producción y servicios lo que determina la distribución de la riqueza social. Ninguna
redistribución de la riqueza en el capitalismo, ya sea a través del gasto
público, los contratos sindicales o cualquier otro método, puede superar la
desigualdad de clase que se deriva del derecho de los capitalistas a poseer no
solo los medios de producción, sino todos los productos producidos.
Esto se debe a la forma de
distribución de los ingresos en el capitalismo. Los patrones se apropian de
todo lo producido por los trabajadores, por lo que sus ingresos (ganancia o
plusvalía), proceden del trabajo no pagado a los trabajadores. El patrón se apropia
de una parte de la ganancia para sí mismos enriqueciéndose, el resto lo
reinvierten para incrementar sus ganancias en el siguiente ciclo de producción
y ventas.
El ingreso de los trabajadores
proviene de la venta de su fuerza de trabajo a un patrón, a cambio de un
salario. El salario que perciben se mantiene siempre dentro de los límites
necesarios para subsistir y mantener a su familia para que los patrones tengan
asegurada la siguiente generación de trabajadores. Algunos trabajadores, cada
vez menos, se les paga algo más y pueden permitirse una vida mejor. Muchos
trabajadores, cada vez más, solo ganan lo suficiente para vivir con austeridad,
mientras que otros apenas logran sobrevivir.
Carlos Marx descubrió que el
capitalismo tiende a concentrar la riqueza en un número cada vez menor de capitalista,
aunado a esto se desarrolla tecnológicamente, por lo que su
necesidad relativa de mano de obra disminuye sin cesar. Este proceso, es lo que
Marx denominó ejército de reserva de desempleados, que crece a medida que el
capital se vuelve más grande y más productivo.
Conforme los empresarios invierten
su capital en tecnologías más productivas, cada nuevo dólar contribuye a que el
capital necesite menos trabajadores. A medida que aumentan las compras de
equipos de cómputo, software, robots, etc., los trabajadores engrosan las filas
del desempleo o se ven forzados a aceptar trabajos mal remunerados. El objetivo
del capitalista consiste en producir cada vez más bienes y servicios en menos
tiempo, lo cual tiende a aumentar el desempleo masivo. La enorme y continua
expansión del sistema capitalista únicamente puede contrarrestar esta tendencia
absorbiendo a los trabajadores expulsados en nuevas áreas de producción o
servicios. Pero con cada década que ha ido pasando la tasa de crecimiento del
capitalismo ha sido menor, hasta que, hoy, ha alcanzado un mínimo histórico (1% de crecimiento en los países
desarrollados del mundo). Y lo mismo ha sucedido con la tasa de crecimiento del
empleo (0% de crecimiento en Estados Unidos en la década de 2000 a 2010, según
“Capitalismo en un callejón sin salida” de Fred Goldstein).
Basado en esta tendencia, Marx
demostró que tarde o temprano el desarrollo de la productividad del trabajo se
convierte cada vez más en una barrera para el crecimiento del capitalismo
cuando se alcanza un punto en el que el sistema no puede absorber la
sobreproducción generada por las fuerzas productivas de alta tecnología. Como
Marx señaló, la barrera que detiene al capitalismo es el propio capital.
Esa es la etapa en que estamos hoy.
El capitalismo, es un sistema basado en la propiedad privada de los medios de
producción para la obtención de ganancia, el cual, se ha convertido en una
barrera, en una amenaza mortal para el desarrollo futuro de la humanidad y el
propio planeta.
Las tendencias
del desarrollo del capitalismo aquí explicadas, tienen validez en todos los
países capitalistas del mundo, en México se expresan de la siguiente manera:
Primero. Los
procesos de producción incrementan el uso de robots, máquinas y tecnología, ocasionando
el reemplazo permanente de hombres por maquinas, la descualificación de la mano
de obra (cada vez se requiere menos trabajadores especializados). Intensifica
la competencia de los trabajadores para mantener o acceder a puesto de trabajo.
Reduce el costo de la fuerza de trabajo.
Segundo. El
Estado capitalista aplica una política “antiinflacionaria” que reduce la actividad
productiva y limita el incremento de los salarios a través de topes salariales
inferiores a la inflación (en 2013 el incremento al salario mínimo es de 3.9%).
Estas medidas incrementan el desempleo y reducen los salarios.
Tercero. Los
altos niveles de pobreza y desempleo permiten a los capitalistas presionar a
los trabajadores a aceptar salarios menores y sin derechos laborales. Los
capitalistas fomentan la discriminación de sectores vulnerables (mujeres,
trabajadores migrantes indocumentados, indígenas, pequeños productores del
campo y la ciudad) obligándolos a aceptar salarios por debajo de lo establecido
legalmente. Por ejemplo, las mujeres perciben salarios 20% menores que los
hombres por la misma actividad realizada, en los últimos años se incrementaron
los hogares
cuya principal fuente de ingresos son los salarios de las mujeres (7 millones
704 mil 571 hogares en 2010).
El alto
nivel de pobreza en el campo propicia que sus habitantes acepten salarios
precarios y sin derechos laborales, e impulsa la migración del campo a la
ciudad. En el año 2010 el 62% de los habitantes del campo contaban con ingresos
mensuales de 0 a 1 salario mínimo.
Cuarto. En 2012 54% de los trabajadores laboran en la economía informal (sin prestaciones laborales). Los trabajadores informales laboran en pequeños y numerosos establecimientos, lo que dificulta la posibilidad de organizarse para defender sus derechos.
Quinto. Las grandes
empresas trasnacionales explotan mano de obra de todos los países del mundo. Cuentan
con fábricas en muchos países. Con cierta facilidad, la trasnacional mueve una
fábrica al país que ofrece mano de obra más barata. Hoy un auto o una
computadora contienen partes fabricadas con la mano de obra de diversos países
y son ensamblados donde mejor convenga a la empresa trasnacional. Este proceso
iguala el mercado laboral a nivel mundial, abaratando los salarios.
Política en contra de los
trabajadores.
Los grandes empresarios lograron
cancelar derechos laborales conquistados durante el siglo XX, destruir
sindicatos y organizaciones gremiales e imponer condiciones desfavorables a los
trabajadores asalariados. Con relativa
facilidad lograron: 1) Aprobar la reforma laboral que establece la base para
destruir los contratos colectivos y sindicatos, legaliza contratos por horas,
entre otras cosas, 2) Aprobar la reforma a la pensión del IMSS y del
ISSSTE que reduce las obligaciones del
patrón y reduce el monto de la pensión que recibirán los trabajadores.
No es casual que en México, para el
2012, solo uno de cada 10 trabajadores estaba sindicalizado, y por tanto el 90%
de los trabajadores se encontraban
desorganizados para defender sus derechos. El cierre de la “Compañía de
Luz y Fuerza” y la quiebra de “Mexicana de Aviación”, tienen como objetivo
destruir al Sindicato Mexicano Electricista, al Sindicato de Pilotos y al
Sindicato Aeromozas.
Los empresarios logran imponer
condiciones desfavorables para los trabajadores, porque difunden ideas
prejuiciosas para dividir a los trabajadores asalariados. En una palabra
aplican la máxima “divide y vencerás”.
La fragmentación y desarticulación
de la clase trabajadora, es la consecuencia de una política del Estado y de los
dueños del capital, basada en principios claramente antisindicales y anti laborales.
Más aun, es la condición y punto de
partida de la aplicación de las políticas económicas neoliberales en México,
pues la fragmentación de la clase trabajadora ha facilitado la operación de
políticas que tienen como objetivo intensificar la explotación laboral, reducir
la capacidad de defensa de los trabajadores. La fragmentación y desarticulación
de la clase trabajadora, ha
sido auspiciada y ampliada por los
dueños del capital y el Estado, pues con ello se ha sectorizado y dividido la
clase trabajadora, para debilitarla e imponerle condiciones de vida indignante.
Hoy los trabajadores marchan divididos y no son capaces de organizar un frente
común en defensa de sus derechos.
¿Qué provoca
la división de los trabajadores?
Un factor
importante es que el Estado fomenta “el charrismo sindical” para evitar que los
trabajadores defiendan sus derechos y facilitar la implementación de políticas
anti laborales. Simultáneamente el “charrismo sindical” se utiliza para desmantelar
por la fuerza a múltiples contingentes de trabajadores clasistas,
independientes y democráticos. Destaca la emblemática dirigencia antidemocrática
y charra de la CTM (3 dirigentes en 70 años), que no cuestiona las políticas
antilabores del gobierno, ni el despido injustificado de los más de 44 mil
trabajadores del SME en el 2009.
Otro factor
importante son las campañas en medios masivos de comunicación para desacreditar,
tergiversar y criminalizar las luchas sociales. A través de estas campañas se
ocultan las vejaciones y violación de derechos de los trabajadores, y a los
manifestantes se les acusa de vándalos, revoltosos, holgazanes, incluso de
delincuentes, nocivos para el resto del pueblo. En
resumen los medios masivos de comunicación, especialmente la televisión y la
radio, constantemente realizan campañas para inhibir la lucha de los
trabajadores y fomentar su división. Recientemente los medios de comunicación llaman vándalos a los maestros de
Guerrero que realizan manifestaciones para defender el derecho del pueblo a la educación
pública y gratuita, y preservar sus derechos laborales, de la misma forma
denominan a estudiantes normalistas que realizan manifestaciones para exigir su
derecho a laborar, es decir, a enseñar a los infantes. Actualmente es común
escuchar a empresarios y autoridades de gobierno quejarse de los privilegios de
los trabajadores: aguinaldo, pensiones, prima vacacional, etc.
Hoy las personas que exigen su
derecho a trabajar son tratados como vándalos y delincuentes, violando el
derecho establecido en el Artículo 123
de la Constitución: “Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente
útil; al efecto, se promoverán la creación de empleos y la organización social
de trabajo, conforme a la ley.”. Sin embargo, la mayoría de los hijos de los
trabajadores no podrán incorporarse al mercado laboral con derechos.
Es por eso
que hoy, es urgente romper con esta dinámica impuesta por los dueños del
capital y el Estado. Pues la fragmentación y sectorización de los trabajadores,
debilita a la clase trabajadora y
fortalece a los capitalistas.
¡Urge la
unidad y solidaridad de la clase trabajadora!
Hoy más
que nunca es necesario: 1) Organizar a los trabajadores que no están
organizados; 2) Fortalecer la democracia sindical; 3) Construir nuevas e
independientes centrales de trabajadores; 4) Realizar acciones de solidaridad con las luchas de los
trabajadores; 5) Promover y fortalecer la independencia de clase; 6) Fomentar
la solidaridad internacional con los trabajadores de otros países. Sólo
superando el gremialismo (es decir, únicamente luchar por los intereses
particulares de cada sindicato), que ha aislado y dividido a los contingentes
de la clase trabajadora, se podrá defender exitosamente los derechos laborales.
En síntesis. La unidad de la clase
trabajadora, es y representa el arma más poderosa de nuestra clase, y por tanto
todas las políticas que promuevan la división y el aislamiento de los distintos
contingentes son y representa una política en contra de nuestros intereses.
La
defensa de nuestros intereses únicamente se logrará con la unidad de la clase
trabajadora. Sólo a través de la unidad de los trabajadores enfrentaremos
exitosamente a nuestros enemigos de clase: los capitalistas.
La defensa efectiva de los derechos
de los trabajadores, únicamente se puede lograr construyendo una organización política al servicio de los
trabajadores, que defienda sus legítimos intereses, es decir, un Partido basado
en el centralismo democrático, adaptado para trabajar bajo cualquier
circunstancia y llevar a cabo exitosamente cualquier tipo de lucha, que decididamente pugne el
poder político a la clase dominante, destruya el capitalismo, origen de todos
males sociales descritos e instaurar un nuevo Estado, el Estado que represente
los intereses históricos de los trabajadores, campesinos, mujeres, indígenas,
jóvenes y estudiantes e intelectuales progresistas.
Únete al Movimiento de Izquierda
Revolucionaria.
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